1 de marzo de 2010

EL TRANVÍA DE LA DISCORDIA

MODERNIDAD DISCUTIDA Hace algunos años en un debate de la Televisión de Zaragoza refiriéndose a un plan de trazado para una Autopista que uniese la Nacional 232 con la A-2 después de Alfajarín, un representante político de esta ciudad hizo el siguiente comentario: “Una ciudad como Zaragoza bien se merece tener una Autopista de peaje” porque ello da categoría de ciudad moderna. Me sorprendió escuchar semejante simpleza en boca de un personaje vinculado al rango gubernamental. Luego si, se hizo el enlace desde el cruce con la carretera de Belchite pero es, hoy por hoy, como un tipo de Autovía. Menos mal, alguien pensó correctamente. Creo que los medios de transporte y comunicación viaria, bien sea urbana como interprovincial, deben favorecer la mejor comodidad y menor coste económico para el usuario del pueblo porque todas las obras se hacen con el dinero del pueblo, del contribuyente, aunque algunas mentes sombrías aun creen que son los gobernantes quienes las sufragan. El objeto de este escrito es para referirme a la controvertida idea del tranvía en Zaragoza. Este proyecto viene, desde hace ya varios años, precedido no exento de controversias y distintas valoraciones prioritarias. Que si unos quería metro, que si otros el tranvía. Al final en medio de protestas callejeras y manifestaciones urbanas, a pesar de ello, las obras comenzaron y van a buen ritmo. Sirva de consuelo haber destapado una parte del Río Huerva en el tramo de la Gran Vía lo cuál es punto de curiosidad para muchos ciudadanos de Zaragoza. Pero habría que hacer un sondeo nuevamente sobre las necesidades del tranvía, cuando el mismo circundará por en centro de la ciudad, quizás ocasionando más atascos que las rutas de los autobuses de hoy. Habría que preguntarles a los afectados comerciantes cuanto han bajado sus rentas del negocio. Habría que valorar las pérdidas por el corte de servicios. Habría que valorar los trastornos ocasionados a lo sufridores usuarios del autobús por los desvíos. Entiendo que el tranvía es un medio ecológico de transporte. Entiendo que al final será una línea de lujo porque distan años luz de los tranvías primitivos. Entiendo que será un galardón, en el tiempo, para los responsables del proyecto. Pero atrás quedarán las secuelas económicas y los transportes urbanos seguirán sin dar el servicio adecuado a los extremos de la ciudad y menos a los barrios y pueblos próximos. Creo que en este sentido aquí ha prevalecido la idea del primer párrafo. Una ciudad moderna, que se precie como tal, debe tener un tranvía, aunque el usuario o contribuyente del pueblo tenga que sufragar su monto económico sin beneficiarse de los medios de transporte, como el barrio de La Paz y otros, Aquí se ha hecho uso del dicho aragonés: Chufla, chufla pero yo no me aparto.

(Este artículo se envió a la revita SOLERA el día 14-02-2010)

Anselmo Fernández Martínez

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