













Es mi voluntad, formar un gran abanico de vínculos temáticos relacionados con la vida social que nos envuelve actualmente, así como evocar todas las vicisitudes desde los inicios mas tiernos en la infancia de esta generación tan creadora, que tanto aportó al desarrollo de España, que por otra parte es poco valorada para los que nos encontramos entre los 65 y 75 años.
Los años pasan de prisa sin detenerse ni un segundo.
De joven quería comerme el mundo y al final no me comí ni una rosca. Bueno, tampoco voy a pecar de modesto siendo que alcancé metas que no me imaginaba cuando comenzaba mi vida de adulto.
Tanto en lo económico como en lo social, y sobre todo, los vínculos de una rama familiar extensísima, fueron y son galardones dignos de cuidar como la esencia de la vida misma con que me encuentro cada amanecer, día tras día.
Doy gracias a Dios por sentirme útil y con ganas de hacer muchas actividades todavía y de manera especial compartir las cosas buenas con la familia que me quiere y a la que amo. Pues nada tan valioso hay en la vida como amar y ser amado.
Habiendo nacido en Amandi (Lugo), en el año 1962 me desplacé a Barcelona y tres años después conocí, a "una linda moza" de Espera (Cádiz), de nombre Mercedes, que luego nos uniríamos en santo matrimonio, casados en el Monasterio de Sant Cugat del Vallés, <27-07-69> (Barcelona), habiendo tenido dos hermosas hijas: Silvia y Mª Mercè, residiendo en dos lugares distintos por aquellas fechas, Barcelona capital y Rubí durante casi 13 años. Finalmente nos desplazamos a Zaragoza capital por razones de trabajo. De esto hace ya 28 años, siendo en esta residencia donde tomó mayor valor la unidad de la familia que defiendo, por la que vivo y con la que comparto cariño y amor, aunque el domicilio por el trabajo de las hijas no sea el común, a pesar de la lejanía nos mantenemos unidos y eso me conforta.